En las Cuevas de Altamira (España) se encuentran pinturas que datan de hace treinta mil años, figuras policromadas y estilizadas de hombres y animales, gracias a un perfecto espíritu de observación, y una extraordinaria capacidad de síntesis.
La mano, para el hombre primitivo, fue el instrumento más importante y vital. Con las ellas preparaba las pinturas hechas de tierra y polvos, pigmentos vegetales y grasas o aceites de origen animal, con estas se pintaban a sí mismos y pintaban en las paredes los motivos más importantes.
En éstos mismos primeros momentos del hombre y la pintura, fue necesario la invención de un instrumento, que sería como el sexto dedo de la mano o una extensión de esta. El pincel, un segmento de madera, y en uno de sus extremos algo de pelo animal, que serviría para cargar la mayor cantidad de pintura y cubrir grandes áreas en algunos casos y en otros para hacer trazos más finos o lineales.
Desde su origen, a la actualidad, el pincel a cambiado muy poco en cuanto a su estructura, solo se ha ido evolucionando, de acuerdo a las exigencias y necesidades de quienes lo utilizan y al desarrollo de diferentes estilos y técnicas. Así podemos encontrar, en nuestros días, en una tienda especializada, la más amplia gama de pinceles desde los más sencillos para escolares hasta los mas especializados, que cubrirán las exigencias del artista.
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